15 de julio de 2009

Angeles

Cuantas veces lo he pensado, y cuantas me lo han dicho. Siempre pienso en el pasado, como si no existiera nada mas, lo hecho de menos. Culpando el hombre que soy por no haber podido aguantar hasta el final, imaginando me siempre, siempre, como antaño, aquel sueño que fuimos, todo lo que nos dimos, recuerdos de sabor acerado que me destrozan. Y me maldigo, para siempre, con la vida, con el vivir sin ti, pero a la vez a tu lado, oliéndote, y muriendo en cada sorbo de aire. Esa debilidad, si, tan punzante, en la cual me refugio, y con la que me excuso de todos mis actos.

Desearte no va a hacer que vuelvas, aunque me digas que me quieras, estas lejos, es una muerte prematura. Ya no sirve pensar que fui maldito, que soy diferente, o simplemente que soy un romántico como los de antes. No vale esconderse en frases y palabras que suenen bien o que den pena, solo para atraer algunas miradas, no vale andar cabizbajo, ya no vale nada. Es puro amor el que profeso y predico, puro amor que se queda en eso, en una pensamiento, un sentimiento etéreo, esperando ser recojido, energía sin control.


Estas, pero en cualquier momento te iras, es la verdad, corroborada por tus palabras. Entonces, yo debería tomar una decisión, decisión que no he tomado, por supuesto, porque no se que hacer. Y que mas da verdad, se supone que todos pasamos por una época así en nuestras vidas. Es una trivialidad, algo que la mayoría de humanos han pasado, y por lo que a pesar de las adversidad es provocadas, siguen ahí, pero bueno, es un sueño, una mentira, algo que no existe.


Desde que te vi lo sentí, y todavía no he podido hacer nada, eres mi ángel, mi todo, mi mitad, mi equilibrio, la funda de mi espada, la calma de mi furia, la que me guardas cuando duermo, lo eres, aunque ya no lo sientas. Es un sentimiento puro.