11 de septiembre de 2013

Inspirado en “OCD” de Neil Hilborn.

La primera vez que la vi ella se sentó delante de mí. Me pasé la noche entera hablando por los codos y preguntándome cómo apareció ahí en ese momento y en ese lugar. Supe desde aquel momento que me había enamorado de ella. Al momento, sin más. Su presencia, su voz, sus palabras. No supe nunca como lo hizo, nunca. Pero pasó.

La primera cita fue en un restaurante de fideos japoneses. Era la segunda vez que la veía y ahora estaba sobrio. Estaba nervioso. Me pasé toda la cena hablando sin parar y leyendo la carta una y otra vez intentando descifrar caracteres que no había visto en mi vida. Pero a ella parecía gustarle, sonreirá, me miraba a los ojos.

Se sucedían las tardes y las noches. A menudo me reñía porque me quedaba mirando al vacío y parecía no escucharla. Lo que ella no sabía era que cuando se me perdía la mirada era porque en mi interior me debatía en si debía besarla o no. Eran días maravillosos. Frío, encuentros breves pero suficientes para sentir su calor.

Recuerdo verla aparecer con su abrigo y muerta de frio y aun así, pasar horas abrazados en la calle. Todas las veces que le hice llegar tarde. La manera en que decía mi nombre y como se reía de mí. Esa mancha en el ojo que me encantaba. La suavidad de su piel, la manera en que el piercing de su labio acariciaba el mío. Esa sonrisa que se dibujaba en su rostro cuando me veía bajar por la escalera.

Pasó el tiempo. Las cosas cambian así como los sentimientos. Hay tantos recuerdos, tantos. Pequeñas joyas incrustadas en el alma que nunca dejan de brillar. Conocí el calor del hogar. Por primera vez en mi vida, por primera vez pensé en no marcharme a otro lugar. Encontré y conocí la sensación de mirar atrás. Las ganas de emprender un viaje pero regresar, a su lado. Quería volver y compartir con ella todo lo vivido, supe lo que significaba tener a alguien. Nunca entendí bien esa sensación hasta que llego ella y me lo enseñó. Crecí, crecí mucho.

Pero el tiempo siguió pasando. Ahora vuelvo a estar por mi cuenta. Ya no sonríe cuando me ve ni me besa cuando se va. El frio sólo trae recuerdos de lo que un día fue maravilloso. La esquina donde nos besamos es solo un lugar más lleno de recuerdos. Ya no hablamos hasta altas horas de la madrugada ni planeamos abandonar el mundo juntos. Ya no queda nada.


Piensas en ella, en ese vació que lleno y que a pesar de que ya no está, sigue ocupado por su presencia y sus recuerdos. Las ganas de verla, de pasar tiempo juntos. Cerrar los ojos como un niño y desear que todo esto solo sea una pesadilla pasajera. Ella me hacia sonreír y yo, yo lo único que quiero es hacerla sonreír otra vez.

3 de agosto de 2013

Niebla londinense

Palabras, palabras, palabras. Todo empieza y acaba con ellas. Dominarlas es un arte, dejarte dominar por ellas una constante. Mi historia no es distinta, empezó con una conversación inofensiva y se extendió como el incendio más violento que se haya visto jamás. Siempre hay alguna mujer que te hace suspirar, que te quita el sueño, que inunda tus pensamientos y que es la fuerza motriz de todas tus palabras. Siempre hay esa persona que sin darte cuenta acaba formando parte de tu vida, adueñándose de una parte de ti que creías inexistente y que cuando se va, te enseña el dolor del vacío y el olvido. Y las palabras, siempre esas palabras que antes creías tus aliadas ahora se vuelven dagas envenenadas.

Y poco a poco las hojas de tu alma van cayendo, el árbol se marchita y el tronco se pudre. Ya no hay sombra que te de cobijo ni árbol que de fruto. No queda nada, tan solo el recuerdo de lo que un día fue y el eco cada vez más débil de algún te quiero tiempo atrás pronunciado.

Más despacio aun vas empequeñeciendo, te pierdes, me pierdo y no sé dónde volver. No sé dónde ir ni a quién acudir. Las mismas palabras que son capaces de desgarrar el alma podrían curarla de nuevo pero, aparentemente, la fuente se ha secado. Ya no manan caricias de tu boca, solo olvido, silencio y nada más.

Sentado en la oscura habitación sueño, espero y busco la manera, busco la palabra, busco, tan solo te busco a ti y a esa llama que parece que has olvidado. Éramos eléctricos, nos daba igual el frio, la madrugada, la nieve, la lluvia o el tiempo. Nuestras palabras se encontraban las unas con las otras y de ello vivíamos. Nacieron caricias, pasiones y quiero creer que algo de amor hubo. Me gustaría dejar de soñar que aún sigue ahí.

Siempre acabo, siempre, con la esperanza de los locos. Como si de la mirada de un mártir se tratara, encomendándome a Dios y esperar un milagro con cada nuevo día. Salir cada mañana de la cama es como un salto de fe, porque la fe es lo único que me queda ahora. Fe en mí, en ti y de lo que somos capaces. Quiero más amaneceres a tu lado, más susurros al oído, tus risas, las mías, estar debajo de las sabanas hasta el mediodía. Te quiero a ti, tan sólo pretendía que fuéramos felices y creí poder dártelo pero ahora cielo, las dudas son tus compañeras de viaje y yo me siento, sueño y espero sin saber qué hacer para que mires atrás porque con cada paso muero un poco más.

12 de febrero de 2013

Ángeles sintéticos

No eras su hijo predilecto, si alguna vez tuvieron alguno. Te quisieron igual que a tu hermana, te dieron una infancia feliz. Te inculcaron sus valores, te educaron cuidadosamente, dieron rienda suelta a tu imaginación y te ayudaron a forjar tu yo del mañana.

¿Qué cojones salió mal en todo este proyecto? Bueno, nada la verdad. Llevo tiempo buscando una explicación y nada parece más acertado que el azar. Todos tenemos una parte de creación propia, escrita en los genes y bueno, la mía debe ser negra como la noche.

Qué quiero decir con estos dos primero párrafos vacíos con las mismas palabras de siempre, simple, una reunión con unas viejas amigas. Esas que siempre me daban paz química mientras se burlaban de mi. Los médicos y sus diagnósticos  el alma no se cura con fármacos ni con palabras de manual. Se cura con amor y lo único que aportan esas pastillas es sexo sucio.

Pero te hacen dormir. Si, me hacen dormir, y me dejan insensible. No me quitan el dolor pero me ahogan el pecho y, poco a poco me deshumanizan más. Que si, que todos sabíamos que tarde o temprano volvería a pasar, he aguantado mucho, he sido muy fuerte a lo largo de todos estos años. He superado y manejado situaciones con una frialdad sorprendente y, sobretodo, con sentido común. Pero lo sabíamos, no podía esconderme tanto tiempo, había lastre que soltar aunque ha escogido el momento más inoportuno.

Una mala racha tan larga no podía acabar con una alegría sino con una vuelta al origen. De vuelta al pozo de paredes viscosas, otra ves a trepar hasta la luz con las heridas abiertas. La diferencia es que esta vez sigo creyendo en la esperanza, no se, en algo.

11 de febrero de 2013

Vestido azul

Toma mi mano y coge tu vestido azul pequeña, que vamos a emprender un largo viaje. Pasaremos por todo tipo de penalidades y alegrías y, muchas veces las sendas se volverán intransitables. El tiempo no acompañará pero no te preocupes, yo estaré ahí.

El miedo, las dudas, la fatiga y a veces la desidia nos atacarán pero eso es normal, yo se que tú eres fuerte y no dejarás que te lastimen. Pero si alguna vez te superan no pasa nada, puedes volver a donde yo estaré, sentado, a un lado del camino.

Cuando te asustes, pequeña, no te vayas sola. Los caminos se volverán paredes de cristales rotos pero no pasa nada. Deja que te suba en mi espalda y mientras trepo con las manos desnudas, tú sueña plácidamente mientras que tus cabellos mecidos por el aire escriben poemas, en mi espalda.

Como ves, no es un camino fácil pero si queda llama en tu corazón sabremos donde van nuestros pasos. No tengas miedo, toma mi mano y adelante.

10 de febrero de 2013

Sábanas

Camas que parecen prisiones, días que pareen castigos y el reloj que no para de sonar. Seguir o no seguir, esa es la cuestión. Me había hecho fuerte creyendo que ahora había vuelto más fuerte y en parte, era verdad. Sencillamente no contaba con una cosa y es que a veces, los problemas también se vuelven más fuertes.

Desde hace ya unos años tomé la determinación de no dejarme dominar por los temores del pasado y no, no me he olvidado, sencillamente cometí lo que podríamos llamarlo error, aunque no lo es pero así se entiende mejor.

Cuando avanzas sin nada que perder nada te afecta, es un arma de doble filo. Sacrificas una felicidad mayor por una estabilidad sin sorpresas, parecía un trato bastante justo, al principio. Sin embargo, las sorpresas hacen juicio a su nombre y aparecen cuando menos te lo esperas. No digo que fuera malo, todo lo contrario, pero no tuve el cuidado que debiera.

No ha sido fácil volver a casa, tenía muchas razones para irme y muy pocas para quedarme. Cambió, es cierto, pero ahora ya no importa. ¿Como puede un animal humano acostumbrarse al juego llamado vida? La torpeza se ha convertido en el estigma que ni con sangre he borrado todavía.

Sin embargo, quiero creer en la esperanza. Sigo buscando y buscando algo que por fin me ayude a romper con esas cadenas que con el tiempo se han hecho más pesadas y que ha sido un error creer que no estaban. Algún día me desharé de ellas, hay muchas maneras y quien sabe qué pasará. Desde hace unos días, salir de la cama se ha convertido en un acto de fe. 

8 de febrero de 2013

Ulls marrons


Les nits d'estiu m'encanten. Caloroses, humides, llargues i de tant en tant animades per les brises estivals que fan encara més senzill el moment. Aquestes nits ara han passat a ser part de mi d'una manera especial. Encara és d'hora per a fer una valoració però malauradament puc afirmar que s'han quedat gravades en la meva persona.

La vida està farcida de capricis del destí i no hi ha cap més perillós que els que l'amor prepara. No hi ha res mésperillós que tenir davant tot allò que has buscat, tret dels teus somnis i dotat amb un somriure capaç d'arrencar les males herbes més antigues del fons de l'ànima.

Una nit d'estiu va arribar per a quedar-se per sempre més en el record. Les histories, com la vida real, van més enllà del punt i final. Només hi ha un punt i final i és igual per a tothom, abans, tot és possible. Aquesta incertesa ens deixa a les mans de l'atzar que per desgracia, no sempre juga en favor nostre.

Allà estava ella, quasi com si fos un somni o un producte de la meva ment embriagada per l'alcohol barat de les festes de poble. Fos el que fos, no semblava d'aquest món, no podia ser-ho. Després de fugir a l'altre punta del món resulta que tot el que cercava estava al costat de casa mateix, una de les moltes ironies que adornen la meva vida. L'hauríeu de sentir parlar, és la veu més dolça que he sentit mai i els seus ulls, irrepetibles amb una petita Lluna que mira directament dins l'anima. 

Mai he sigut un noi gaire espavilat en el que a amor es refereix, aquest cop no ha estat cap excepció tampoc i així va anar, digne d'un adolescent. Curiosament tot al seu costat em semblava el primer cop i em comportava enconsonància a aquest pensaments. Potser vaig anar massa lent però creia que tota cautela era poca. No se com hauria reaccionat d'haver-la espantat.

Així van anar passant els dies. No hi havia millor moment que les petites visites que em feia. Aquells pocs minuts eren el que més esperava de la setmana. Un petó a la galta, agafar-li la mà, fer-la riure, estar amb ella.M'emplenava, no sabia per què però ho feia i encara em sorprenc, jo, que havia dit que no m'obriria a ningú en molt de temps però bé, capricis del destí.

Després va venir la nit freda, on per fi la vaig besar. Allà ja no hi havia marxa enrere, vaig quedar totalment encisat però no em va importar. Recordo com em va dir que m'esperés, em va agafar la mà i els nostres llavis es van trobar. 

Diuen que aquesta vida no només es basa en viure sinó en trobar el motiu de la teva existència. Tots hem de tenir alguna cosa per la que lluitar i sovint, els camins son massa llargs com per fer-los sols. L'estadi últim de la felicitat es troba en l'amor i d'això ens alimentem. Viure la vida està bé, lluitar pels teus somnis és el nostre deure però tot això és més fàcil quan pots compartir-ho. No cal que digui que passava pel meu cap quan era aprop seu.

Van anar passant els dies, creixent les ganes i naixent els records. Semblava una història de conte, d'aquelles pures que sembla que hagin de durar per sempre. Però fins aquí, estimats lectors, ja sabem que res és etern i l'amor menys.

Son moltes les hipòtesis que em ballen dins del cap però cap explica res. La distancia, les confusions, l'atzar no ho se, no crec que pugui comprendre-ho mai però tal com va venir, va marxar. Aquells ulls, aquell somriure, les seves mans suaus ara eren freds com el vidre i tallants com l'acer. L'esperança és com una espelma enmig d'una corrent d'aire, mai saps quan s'apagarà.

Un no es fa la idea d'abandonar allò pel que ha esperat pacientment. Aquells ulls als quals vaig deixar entrar fins als racons més foscos ja no em mirarien mes. Quan passen coses d'aquest estil no es d'estranyar sentir consells com "Ara has de recordar com era la teva vida abans d'ella". Sempre cau. Precisament és la vida d'abans el que porto evitant repetir des de ja fa molt de temps.

Ens anem fent grans i anem aprenent però els ocells del cap son complicats de fer volar. Feia moltíssim temps que ningú em transmetia tant amb tan poc. De ser el centre de la meva alegria a quedar-se en el no res més absolut. Potser la vaig somiar, potser un dona com ella no està feta per gent com jo i ja no parlem de si mai la vaig merèixer.

Sempre queda l'esperança dels idiotes. Aquella que mai ningú ha vist però que molts ens hi aferrem cegament. No vull haver de passar una altre pàgina del llibre, n'estic fart. Jo només vull fer el meu somni realitat.

30 de julio de 2011

Restes


El problema és que crec que era la meva dona. No vull mirar-la i dir amb orgull "va haver-hi un temps en que aquella noia d'allà va ser la meva noia" no vull. Em costa acceptar que ja no hi és, em costa deixar-la marxar del meu cap. M'he convertit un esclau dels seus records i crema, crema molt.

Vaig intentar fer-la sentir tan bé com vaig poder, almenys sempre ho vaig intentar. No puc esperar miracles, tampoc puc fer reviure els morts. malgrat tot, em nego a acceptar-ho. M'ho nego, no vull, no fins que em mori. Sempre que em quedin forces seguiré amb aquesta maleïda esperança, amb aquesta maledicció.

No és agradable renunciar a tot allò que et fa feliç. Lligat de peus i mans, contemples el trist espectacle sense fer res. No pots i quan més et resisteixes, més t'esgarrinxes la pell amb les cordes que t'aguanten. Cordes o filferros, el cas és que només t'acompanya un dolor glaçat. L'únic que et queda per beure son les amargues llàgrimes i L'únic que escoltes és el silenci.

Fred, pols i un camí de miralls trencats. No hi ha reflexes ni respostes. No hi ha res de res. Però sempre aixeco la vista i miro al cel, expectant, esperant.