19 de diciembre de 2008

Ciclo.

Más, más adentro, hunde lo más. Destrózame, desgárrame. Quiero ver con mis propios ojos como te empapas con mi sangre, quiero verte recubierto por mis entrañas, quiero oír como te ríes. Venga, hunde lo hasta el fondo. ¿Ahora tienes miedo? Ya no hay marcha atrás, solo un cadáver destrozado y un charco de sangre. El frenesí se aposentado en las paredes en forma de lluvia carmesí. La locura ahora son pedazos de carne distribuidos como un mosaico enloquecedor de vísceras y tejidos. Vaya, se me fue la mano.

Y se acabó, me quito la ropa vieja, sucia, y la cambio por otra nueva, sin manchas. A seguir un día mas, para morir otra noche en el mismo sitio. Me preparo para el destino, para llegar a mi altar donde otra vez voy a ser despiezado metodicamente por una nube negra sin forma, babean te y con mil miradas distintas. Aunque no todas las muertes son iguales, aveces le tiembla el pulso, otras juega como lo hace un león con su presa, otras se lanza enloquecida. Pero, que mas da la forma, el resultado es el mismo, el mismo cuerpo, la misma sangre. Y otro día más.




Tornar.

Encara puc alvirar l'espurna que em va atrapar, teranyina de seda que m'acariciava. Un terro de sucre desfent-se en un got de llet tebia. Coses que reconfortaven i animaven a seguir dins la closca buida d'una mentida ufana amb Vida per nom.

Es trist veure com les ferides s'obren i les cicatrius ploren rius de sang terbola on hi ha escrites les malediccions dels deus. Una alenada roent s'escapa de la meva gola, un crit esfereidor contra aquells que juguen amb la sort dels homes prostituint-la.

Es trist saber que vares neixer marcat per allo que no anava amb tu, una taca dins l'estirp indestructible dels homes, poseidors de tot allo que volen.

Exiliat del desti que vares somiar, per una escala trencada que no et permet arribar. Un punt i final dins l'historia, potser val mes empendre un viatge, i esmicolar el mirall en que un dia vas veure-hi la sortida. Caminar per sobre els vidres hi deixar-hi la marca de sang inevitable, podrida.

3 de noviembre de 2008

Al hermano.

Como dijo Rynosuke Akutagawa en su carta de despedida "Ahora que estoy listo, encuentro la naturaleza más hermosa que nunca, paradójico como suene."

No ha sido el único, es algo realmente extraño, sin explicación aparente, pero es algo gratificante. Llenar los pulmones de aire frío, pararte a escuchar las hojas...Cuando un día te levantas, y sientes que no puedes abandonar tu lecho, es que algo ha cambiado dentro de ti, hay una llamada que te indica lo que debes hacer.


Muchos han sido los que ya han partido, y muchos los que aun están haciendo el equipaje. No estamos solos, hay muchos que piensan como tu. Ha dejado de ser una opción y ha pasado a convertirse en algo por lo que vivir, es realmente paradójico, pienso en ello todo el día, en como y cuando debería hacerlo. No se si entristecerme o alegrarme.

Se que en algún lugar del mundo tengo un hermano que se siente como yo, desde aquí le compadezco.

2 de noviembre de 2008

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Otra vez nos volvemos a encontrar, las letras y yo, otra vez acudo al mismo sitio a llorar escondido detrás de caracteres negros, que a modo de mapa muestran mi interior.

Ha pasado mucho tiempo, muchísimo, desde que sentí este miedo atroz, un miedo sin parangón, ahora que tu ya no me cobijas, que he dejado de sentir tu carne, a probar solo el viento. Vuelvo a tener frío, mucho frío, he perdido el apetito y las ganas de hacer cualquier cosa. Ese aliento que tenia, y que con duro trabajo conseguí, se va. No lo puedo soportar, me maldigo una y otra vez, porque no entiendo la situación, escapa a mi control. No se que hacer, que decir, ni donde ir, desgraciadamente estoy solo, es lo que siempre se dice y que casi nunca es verdad, casi nunca...mierda, soy la excepción.

Esperar, solo puedo esperar, cada minuto que pasa es peor que el anterior, muero por dentro, solo puedo quedarme tendido en la cama, ajeno a que el mundo sigue fuera, esperando esa respuesta, que tanto me hace pensar. Dios, nunca imaginé que me podría pasar, y que estaría tan asustado, que ni siquiera puedo salir al mundo exterior. Es comprensible, se va mi vida, se va lo que un día hizo que me quedara aquí, algo demasiado importante por lo que merece la pena luchar. Una lucha que me deja exhausto, una lucha en la que solo hay vencidos en mi interior.

Es como si intentara coger agua con las dos manos, siempre se acaba escapando entre los dedos, y lo único que queda es la humedad de lo que antes allí sujetabas. Lo miras, y ya no ves nada, solo puedes recordar, y llenarlo de lágrimas.

17 de febrero de 2008

Opresión

En poco tiempo, el espacio donde te mueves puede volverse diminuto, las paredes se te vienen encima y te aplastan las costillas, es cuando notas que no puedes respirar.
Cuando sales a la calle, ves bastas llanuras de cemento con formas agónicas, retorciéndose, rebosando sangre, miles de cuerpos deformes con miradas burlonas y un zumbido insoportable que hace que te caigas al suelo.
Aprietas con fuerza los ojos, te aprietas las sienes, parece que vas a estallar, tu corazón te da fuertes golpes en el pecho.
Te levantas, empiezas a arañarte la piel, llenas tus uñas de una carne putrefacta. Tu rostro se descompone, abres la boca para chillar y solo salen serpientes, ratas y gusanos enormes. Un sonido ronco sale de tu garganta, ves como poco a poco todos aquellos cuerpos empiezan a reventar creando un mosaico de carne putrefacta y sangre que rezuma de sus cráneos purulentos forma originales ríos de un color carmesí oscuro. Sigues chillando hasta que consigues que tu cuello se raje, y como si de un globo se tratase, te deshinchas, aprietas los ojos con fuerza pero cada vez sientes el cuerpo más ligero. Te revuelves como una rata acorralada chillas lloras y suplicas pero cada vez te sientes menos vivo. De la sangre y la carne resurgen nuevas formas que se acercan a ti.
Te despedazan, te reparten como un vulgar trofeo, cada uno te muerde y te degusta lentamente. Tu carne les excita, les vuelve locos de placer. Acto seguido te vomitan, y eyaculan sobre la deforme masa de carne que antes era tu cuerpo. Te ves ahogado en un mar de sangre y semen.
Al despertar, estas en una habitación, cuando ves que sus paredes se abalanzan sobre ti, y te aplastan las costillas.